¿Veis que plato más verde? Este guiso siempre lo ha hecho mi madre en casa y, en realidad, no conozco a nadie que no sea de mi familia que lo suela cocinar. Requiere unos ingredientes muy sencillos y sanísimos pero, contra todo pronóstico, es exquisito y, con estos primeros fríos (vivo en Elda, provincia de Alicante, para que me entendáis) viene de maravilla. ¡Va por tí, mami! La mejor cocinera del mundo mundial, además de la abuelita, claro.
INGREDIENTE (Para 4 personas, más o menos)
- 1 cebolla
- 1 buen puñado de guisantes
- 2 ó 3 patatas
- 2 ó tres alcachofas
- 2 huevos duros
- Aceite de oliva virgen extra y sal
PREPARACIÓN
Pelamos la cebolla y la picamos muy fina la sofreímos en un buen aceite con su poquito de sal. La clave de esta receta son los ingredientes frescos y sabrosos, por ello es preferible utilizar guisantes frescos pero, si no los tenemos, vamos a los congelados. Así pues, si los guisantes son frescos los echamos a la olla con el sofrito y a cocer una media hora. Si fueran congelados los pondremos casi al final, necesitarán muy poquito tiempo.
A continuación, ponemos las patatas peladas y cortadas en cachelos, otra media hora a hervir, por lo menos. Pelaremos la alcachofas y la partirmos en trozos como gajos y las añadimos dejándolas hervir otra media hora, por lo menos.
Cuando esté todo listo, pondremos los huevos duros picados en la olla y que hiervan otro rato. iremos rectificando de sal poco a poco.
Los tiempos de cocción parecen largos pero el gran truco de este plato es que hierva muchísimo para que todo esté muy blandito y el caldo se vaya espesando con sus ingredientes. Si es posible, prolongad los tiempos de cocción un poco más y ya me diréis.
El mejor cálculo para las cantidades es contar trocitos de patata, trocitos de alcachofa y puñaditos de guisantes por plato. Esto no falla.
Si os gustan los ingredientes, os animo a que lo probéis, os va a sorprender, seguro.
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